El papel internacional del Radio Aficionado (Opinión).

Según algunos opinadores, entendidos y versados en materia de la radio afición,  el papel del radioaficionado a nivel internacional se ha ido diluyendo en el diario acontecer, tal vez por el avance de la tecnología de la comunicación, entre las que sobresale  Internet y con ello toda esa amplia gama de valores agregados como  son la transmisión de texto, imágenes y voz, y que hicieron que el desempeño del radioaficionado pasara a un segundo plano en materia comunicacional en casos de emergencias colectivas generadas por factores naturales.

Sin embargo, es necesario considerar que todos los sofisticados equipos de comunicación existentes en este momento, son necesariamente alimentados por la energía eléctrica y al fallar ésta, la operatividad de estos instrumentos electrónicos resultan seriamente afectados. Esta posibilidad es muy frecuente como resultado de movimientos sísmicos de alta intensidad, con el agravante de que estos eventos telúricos son absolutamente impredecibles. Nunca se sabe cuándo han de ocurrir.

El equipo de transmisión del radioaficionado es capaz de funcionar alimentado desde una batería de automóvil. Esto es posible si el radioaficionado dispone de un convertidor de corriente continua a corriente alterna, lo cual permite poner a funcionar el equipo de transmisión en las Bandas de 15, 20, 40 y 80 metros. La otra alternativa es disponer de energía eléctrica generada por equipos portátiles. Si esto es posible, el radioaficionado está en disposición de hacer llegar cualquier mensaje de emergencia a nivel nacional e internacional.

Antecedente s Históricos.

A raíz del terremoto que destruyó a Managua en la década de los 70, aquel 24 de diciembre, una determinación personal permitió al radioaficionado nicaragüense José Ibáñez (YN1-SN) dejar instalado su equipo de radio en su vieja camioneta que estacionó aquella noche frente a su residencia en la ciudad. Ocurrido el sismo, el país, especialmente la capital de Managua, perdió contacto comunicacional con el Mundo. Toda la infraestructura de la comunicación había sido barrida por aquel evento sísmico que dejó destruida y en ruinas la capital de la república. José Ibáñez, después de poner a salvo su familia, recordó que su transmisor había resultado indemne, procediendo a solicitar ayuda a sus vecinos pidiéndoles que le suministraran combustible para su vehículo, a fin de mantener operativo su equipo de transmisión acoplado al automotor. Su empeño duró largas horas, hasta la madrugada del 25 de diciembre, cuando una fragata de la Armada de E.E.U.U., que navegaba en aguas cercanas, logró captar su SOS, (Señal internacional de auxilio) pronunciado repetidas veces por el angustiado radioaficionado. El aviso de la destrucción de Managua llegó a la Comandancia de la Armada Norteamericana y con ello, el mundo atónito se enteró de la tragedia sísmica de los nicaragüenses aquella noche decembrina. El terremoto de Nicaragua en la década del 70, que causó la destrucción de la ciudad de Managua, es una buena muestra de la precariedad de las comunicaciones después de un terremoto de magnitud de más 7 grados en la escala sísmica de Richter.

Diego Martínez Navarro  EA3DUF.

Radio Aficionado Español.