¿Por qué no hay tantas películas sobre Simón Bolívar?

Para muchos cinéfilos de tierras venezolanas resulta curioso e incluso extraño la ausencia frecuente (aunque no perpetua) del recordado y venerado padre de la patria.

Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco fue un militar y líder político nacido en Caracas, 24 de julio de 1783. Quien tuvo el papel principal en la liberación e independencia de las naciones: Venezuela, Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Panamá, las cuales se encontraban bajo el yugo español.

Aun con semejantes logros y contando con el recuerdo y el profundo cariño de los ciudadanos venezolanos hacia su imagen, lo cierto es que el mundo del cine es uno en el que este celebre prócer ha hecho poca exploración.

Por supuesto que no podemos dejar de mencionar a Libertador (2013) coproducción venezolana/española dirigida por  Alberto Arvelo y Bolívar, el hombre de las dificultades (2013) de Luis Alberto Lamata, como largometrajes que sirven a manera de retrato y homenaje para el padre de la patria. Así como apariciones, con un rol no protagónico sino secundario, en cintas históricas como Miranda Regresa (2007) nuevamente, de Luis Alberto Lamata y Manuela Sáenz (2000) de Diego Rísquez. Esto sin contar los diversos documentales y cortometrajes realizados en nuestras tierras ni producciones extranjeras, incluyendo (pero no limitado) la animación colombiana Bolívar, el héroe (2003) de Guillermo Rincón y la comedia proveniente del mismo país Bolívar soy yo! (2002) de Jorge Alí Triana, debido a que en este artículo, abordamos el caso de la cinematografía nacional.

A pesar de las existencias de innumerables canciones, memorables interpretaciones en obras de teatro y telenovelas y una vasta galería de cuadros, los cineastas venezolanos en su mayoría, optan por contar muchas otras historias y abordar otros temas (no menos importantes) de la cultura e historia de nuestro país, motivados más que nada por la libertad creativa y la inspiración. Por lo que no hay nada que reprochar. Sin embargo, estamos ante la que podría ser la explicación para la ausencia frecuente del libertador en el cine venezolano.

Al ser una figura percibida con admiración, respeto e incluso cariño de parte de cada individuo, no resulta discutible la nobleza de sus acciones en vida y tampoco se trata de un personaje en riesgo de caer en el olvido de parte del colectivo. Es un héroe conocido y reconocido por lo que no se le podría honrar aun más. Bolívar ya posee su lugar inamovible en el corazón de los venezolanos por lo que es turno para otros personajes ser retratados y otras historias ser contadas en la cinematografía venezolana, la cual, como se mencionó en un artículo anterior, se conoce a si misma a la vez que va conociendo nuestro modo de vida y personajes a lo largo de los años.

Sin embargo, nos gustaría apreciar una o varias historias más acerca de la vida y obra de este prócer de nuestra independencia cuya vida fue tan apasionante.

Raúl Briceño