HISTORIA DE LOS TERREMOTOS DE CARACAS.
(Adaptación a web del programa radial «Previniendo a la Comunidad» realizado con motivo del 51 aniversario del terremoto de 1967)
Textos de: Gloria G. Rodriguez M.
Productora del programa radial
En el articulo de hoy vamos a recordar los cinco terremotos que dejaron su huella en nuestra ciudad, y otras cercanas, en el marco del aniversario del gran sismo conocido como «Terremoto de Caracas», el cual tuvo lugar el 29 de julio de 1967.
Antes de entrar en materia, recordemos que en Caracas siempre tiembla. En mayor o menor intensidad, nuestra ciudad constantemente se está moviendo porque nos rodean todas las fallas sísmicas de Venezuela. Como dice el sismólogo y profesor de la Universidad Central de Venezuela, Orlando Méndez, “Quien no quiera vivir un terremoto que se mude a Guayana o a los Llanos”, ya que, salvo en esas dos regiones, el subsuelo de Venezuela se quiebra con grandes fallas tectónicas y hay que aprender a vivir con eso. Además, estas fallas se entrecruzan, ya que la falla de Boconó atraviesa los Andes y llega a Puerto Cabello, donde se encuentra con la de Oca-Ancón paraseguir hacia Vargas y convertirse en la de San Sebastián. En oriente, esta misma falla pasa a llamarse Del Pilar y corta subterráneamente todo el estado Sucre. También tenemos la falla de La Victoria y la de Ávila-Tacagua, las cuales bordean la falda del Warairarepano, justo por encima de la Cota Mil.
Una vez hecha esta pequeña introducción, entremos en materia. El primer movimiento sísmico registrado por nuestra historia tuvo lugar el 11 de junio de 1641 y se le conoce como el Terremoto de San Bernabé, ya que ocurrió el día cuando la iglesia católica conmemora a este santo. El movimiento telúrico causó un daño extenso en Caracas y la destrucción de La Guaira. Recordemos que, para ese entonces, Caracas era una ciudad de 16 cuadras en lo que hoy se conoce como el Casco Histórico de Caracas: la plaza Bolívar al centro y el resto de las cuadras distribuidas igualmente en forma de cuadrícula al norte, sur, este y oeste. La estructura más alta era el campanario de la iglesia (hoy en día, la catedral) y las casas eran bajas, de no más de dos pisos. Luego del sismo, las estructuras en Caracas y La Guaria presentaron daños muy severos y quedaron inhabitables o completamente destruídas; además murieron entre 84 y 200 personas – lo que en aquel entonces representó casi 10% de la población. Los estragos fueron tan grandes que el Gobernador de entonces, y el Cabildo, decidieron mudar la ciudad para el sitio de Chacao – porque se veía más seguro; pero el pueblo se opuso y la gobernación entonces comenzó su reconstrucción.
El siguiente terremoto fuerte que sufrió nuestra capital fue el 21 de octubre de 1766. Registran los cronistas de la época que, a las 05:00 de la mañana, un fuerte movimiento sísmico sacudió una extensa área del noreste de Sur América con efectos devastadores para nuestro país: la ciudad de Cumaná quedó completamente destruida; La Guaira se derrumbó completamente y en Caracas se dañaron con severidad varias iglesias (entre ellas la Catedral) y todas las viviendas. Cuenta la historia que los habitantes de estas zonas durmieron a la intemperie durante 14 meses por todos los destrozos que sifruieron las vivendas y el constante temblor de la tierra producto de las réplicas que siguieron al terremoto.
Luego vino el terremoto del 26 de marzo de 1812; el cual es el evento que más destrucción ha causado en Venezuela durante la historia, ya que no sólo destruyó Caracas y La Guaira, sino que también hizo que se vienieran abajo San Felipe, Barquisimeto y Mérida, dejando numerosos víctimas mortales en las todas las ciudades. En esta oportunidad, toda Caracas quedó reducida a un montón de ruinas, incluyendo los acueductos, las iglesias, los conventos y unas 4500 casas. En La Guaira hubo destrucción total de la ciudad, las fortificaciones y del camino de La Guaira a Caracas; además del acueducto, que también quedó destruído. Dicen los historiadores que fue esta destrucción, además de todos los sueños de libertad e independencia, lo que llevó a Bolívar a proclamar, sobre las ruinas de la ciudad: “Si la naturaleza se opone, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca”…haciendo más referencia a los españoles que a la naturaleza como tal.
Después ocurrió el terremoto del 29 de octubre de 1900. Según registra la historia, ese viernes, a las 04:42am, un movimiento telúrico de magnitud 7.0 sacudió la región norcentral del país. Caracas, Macuto, Caraballeda, Naiguatá, Carenero, Higuerote, Guatire, Guarenas y muchos pueblos más sufrieron los efectos de este sismo. En Caracas dejó 20 casas caídas, 21 muertos y más de 50 heridos y se presentaron fenómenos de licuefacción en áreas de Barlovento. Este terremoto, cuyo epicentro se ubicó en el mar Caribe al noreste de Caracas, fue, probablemente, el sismo más fuerte registrado en el país en el siglo XX (aunque las magnitudes asignadas por diferentes autores difieren entre sí) y fue primer movimiento telúrico registrado por la Red Mundial. Como hecho anecdótico de este evento, el semanario La Linterna Mágica escribió la siguiente nota: «Se encuentra en cama el señor general Cipriano Castro a consecuencia de haberse arrojado a la calle por un balcón de la Casa Amarilla, huyendo del terremoto y fracturándose un pie.»
Finalmente, el día sábado 29 de julio de 1967, a las 06:24 am, un sismo con epicentro en Colombia,causó daños en San Cristóbal, estado Táchira, en el que fallecieron dos personas. Como el evento sucedió en Los Andes, y en Caracas no se sintió, la gente de la capital se quedó tranquila. Ese día se celebraba el Cuatricentenario de la Fundaciòn de Caracas en diversos escenarios y se esperaban con expectativa los resultados del Miss Universo, donde la venezolana Mariela Pérez Branger era una de las favoritas para ganar la corona. Sin embargo, a las 08:00 de la noche de ese día, nadie más celebró, ni pudo ver cuando nuestra candidata y la estadounidense se tomaban de las manos esperando el resultado final, porque un fuerte rugido y la violenta sacudida de la tierra paralizaron por casi un minuto a los habitantes del valle y de la costa de La Guaira.
En tan solo 35 segundos, el movimiento telúrico de 6.7 dejó un balance de 2 mil heridos, 236 muertos, miles de desaparecidos y pérdidas materiales millonarias. El violento sismo afectó mayormente a las zonas de Altamira, Los Palos Grandes y Caraballeda, en el litoral central, donde los edificios se derrumbaron como castillos de arena ante la mirada impotente de quienes estaban cerca. Después del terremoto hubo 30 réplicas más de menor intensidad que alarmaron y llenaron de pánico a la población… y después las nubes dejaron caer lágrimas frías sobre la terrible destrucción que el corazón de la Tierra había causado y el dolor de quienes, minutos antes, celebraban alegremente la fundación de su ciudad.
A raíz de este desastre, el entonces Presidente de la República, Dr. Raúl Leoni, decretó tres días de duelo nacional y suspendió todas las celebraciones del Cuatricentenario.
El terremoto de 1967 fue un evento que marcó historia no sólo en nuestras vidas, sino en la formación profesional de bomberos y demás entes de seguridad para hacer frente a este tipo de eventos. Es a raíz de este terremoto que el Ejecutivo Nacional decreta la creación de la Fundación Venezolana de Investigaciones Sismológicas (FUNVISIS) para comprender mejor lo que había sido este terremoto y para crear los mecanismos que permitieran prevenir tantos daños en caso de sismos futuros como, por ejemplo, la creación de normas de seguridad en construcción para erigir edificios sismo-resistentes y así evitar tantas pérdidas humanas y materiales.
En cuanto a los bomberos, en sus diferentes cuerpos, en esa época estaban a la vanguardia, como ahora, en técnicas de rescate en caso de estructuras colapsadas. Con equipos que apenas acababan de llegar al país, como el cuello de jirafa (una extensión con una cesta en la punta para acceder a lugares muy altos), estos funcionarios se abocaron a la tarea de rescate y remoción de escombros. Hubo mucha participación de la policía, de los voluntarios de defensa civil y la ayuda invaluable de las fuerzas armadas y de los cientos de bomberos voluntarios de todo el país. En Caraballeda y Macuto, varios bomberos – entre funcionarios y voluntarios – ayudaron a mover a las personas hacia las partes altas esperando el maremoto que no ocurrió, mientras otros efectivos bomberiles y personal de la policía y de la armada ayudaban a rescatar a las personas que habían quedado atrapadas debajo de los escombros. En total, las labores de rescate lograron recuperar con vida, en las primeras 72 horas del terremoto, a varias personas – entre adultos y niños – en Caracas, Caraballeda y Macuto. Sin embargo, la cifra de fallecidos y personas desaparecidas se elevó a medida que pasaron los días.